Data está en una misión especial en un planeta, Ba’ku, donde actúa como infiltrado para no alterar esa cultura, cuando parece volverse loco y ataca a sus compañeros. Incluso al intentar Picard y Worf detenerlo, contraataca. Al fin descubren que esa malfunción viene debida a que descubrió algo: ese planeta parece poseer algo precioso, y una especie ajena, los Son’a, ansían ese secreto, con la connivencia de la Federación. Pero Picard y su tripulación no están muy de acuerdo al respecto…
Dirección: Jonathan Frakes. Producción: Paramount Pictures, Digital Image Associates. Productor: Rick Berman. Co-productores: Peter Lauritson, Michael Piller. Productor delegado: Marty Hornstein. Productor asociado: Patrick Stewart. Guion: Michael Piller, según una historia de Rick Berman, M. Piller, a partir de la creación de Gene Roddenberry. Fotografía: Matthew F. Leonetti. Música: Jerry Goldsmith. Montaje: Peter E. Berger. Diseño de producción: Herman F. Zimmerman. FX: Blue Sky Studios, Blue Sky/VIFX, CIS Hollywood (gráficos adicionales 2D/3D), Digital Muse, Fulcrum Studios LLC (gráficos adicionales 2D/3D), Hunter/Gratzner Industries (miniaturas pirotécnicas), Makeup Effects Laboratories, New Deal Studios, O’Connor FX (efectos pirotécnicos), Pacific Ocean Post (efectos visuales), Santa Barbara Studios, Sony Pictures Imageworks, The Chandler Group (fotografía de efectos pirotécnicos), Video Image. Intérpretes: Patrick Stewart (Picard), Jonathan Frakes (Riker), Brent Spiner (Data), LeVar Burton (Geordi La Forge), Michael Dorn (Worf), Gates McFadden (Beverly Crusher), Marina Sirtis (Troi), F. Murray Abraham (Ru’afo), Donna Murphy (Anij), Anthony Zerbe (Dougherty), Gregg Henry (Gallatin), Daniel Hugh Kelly (Sojef), Michael Welch (Artim), Mark Deakins (Tournel), Stephanie Niznik (Perim), Michael Horton (teniente Daniels), Bruce French (oficial Son’a nº 1), Breon Gorman (teniente Curtis), Armin Shimerman (Quark), John Hostetter, Rick Worthy, Larry Anderson, D. Elliot Woods, Jennifer Tung, Raye Birk, Peggy Miley, Lee Arnone, Claudette Nevins, Max Grodénchik, Greg Poland, Kenneth Lane Edwards, Joseph Ruskin, Zachary Isaiah Williams, McKenzie Westmore, Phillip Glasser… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1998. Duración y datos técnicos: 103 min. color 2.39:1.
Como ya se comentó en la reseña del anterior film de la saga, el guion de aquél y el presente se desarrollaron simultáneamente, eligiéndose para rodarse y estrenarse primero el que tuviera más potencial. Así pues, a Star Trek: Primer contacto (Star Trek: First Contact, 1996) le siguió este Star Trek: Insurrección (Star Trek: Insurrection, 1998). El guion esta vez corrió a cargo de Michael Piller, a partir de ideas desarrolladas entre él y el productor Rick Berman, y que mantuviera cierto contraste de tono con el film previo.
El primer tratamiento (llamado «Star Trek: Stardust») involucraba a Picard y un antiguo compañero cadete llamado Hugh Duffy, que fueron amigos en la Academia de la Flota Estelar, y no se ven hasta casi tres décadas después debido a diferentes circunstancias. Duffy se ha convertido en un renegado que intenta provocar una guerra entre la Federación y el Imperio Romulano, y Picard debe viajar a la Zona Neutral para traerlo de vuelta. Picard por último encuentra a Duffy y arriesga su carrera para ayudar al otro oficial a frustrar un plan de los romulanos para apoderarse de un planeta que alberga «la fuente de la juventud». Al final, Picard es arrestado y despojado de su rango por la Flota Estelar debido a sus acciones durante esta película. La trama era similar a El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, y presentaba numerosas referencias a varios episodios de Star Trek: La nueva generación (1987).
En alguna de las fases posteriores Ira Steven Behr, habitual guionista de las franquicias televisivas, revisó el guion y añadió un interés romántico para Picard (parece que estos nunca llegan a buen puerto). También se le ocurrió la idea de que Picard fuera secuestrado y reemplazado por un impostor modificado quirúrgicamente. O también se pensó en el regreso del personaje de Lore[1], en un film que tendría un tanto el tono de Star Trek II: La ira de Khan. En otra fase del libreto, Picard había de matar a Data, idea que no disgustaba a Brent Spiner, dado que iba sintiéndose demasiado mayor para el papel, el de un androide que se supone no envejece[2], aunque en el último acto lo debía reactivar para que ayudara. Incluso después de pases de prueba se realizaron cambios.
Comoquiera que, hasta el momento, Star Trek IV: Misión salvar la Tierra era la película de más éxito de la franquicia, y destilaba un tono ligero, se intentó repetir eso con la presente. Su idea era otorgar un sentimiento de familia entre la tripulación[3], y conferir al film un tono a El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, novela que no es precisamente ligera. De igual modo, “Rick Berman quería ver a Picard emprender una misión de rescate de manera similar a la película El prisionero de Zenda (The Prisoner of Zenda, John Cromwell, 1937)”[4], por absurdo que pueda sonar, aunque otros han comparado el tono del film un tanto a Los siete samuráis (Shichinin no samurai, Akira Kurosawa, 1954), algo un poco más cercano, por el hecho de un grupo que ayuda a un pueblo de la explotación que se le pretende hacer.
En un memorando que presentó Piller, describió su guion como “fácilmente la historia de Star Trek más divertida y sexy hasta la fecha”[5]. Los productores sugirieron a Piller una serie de instrucciones, como resolver el romance entre Riker y Troi, que siempre estaba que si sí, que si no. Además, una breve aparición de Barclay, que ya salió en el film anterior, fuera reemplazada pasando sus diálogos a Beverly Crusher, a Worf, o crearan en su lugar un personaje nuevo. A lo largo de esas revisiones, la película fue cambiando montones de veces de título (véase anecdotario), pero seguían sin decidirse, así que cuando comenzó a rodarse aún se titulaba oficialmente Star Trek IX. Tras el rodaje y un pase de prueba, el estudio sugirió rodar como final una batalla más espectacular[6].
Si bien los efectos especiales generados por ordenador se habían utilizado con anterioridad en la franquicia para momentos ocasionales desde Star Trek II: La ira de Khan, aquí fue donde por primera vez se emplearon para la totalidad esos efectos. De hecho, en la presente no se usó ningún modelo físico de nave. La textura del prototipo del Enterprise-E se creó a partir de una serie de fotografías en primer plano del modelo que se había utilizado en First Contact. Se construyeron cincuenta y cinco sets completos para la película, cuyo diseño y ejecución tomó tres meses. La aldea de Ba’ku se edificó a gran escala en el lago Sherwood, en California, con diseños arquitectónicos que combinaban los estilos tailandés, balinés y polinesio. Los edificios incluían secciones elaboradas con espuma de poliestireno, que se cortaron utilizando diseño asistido por ordenador y también técnicas de fabricación asistida. Los decorados erigidos para la nave de Star Trek: Voyager fueron rediseñados para aparecer como la Enterprise-E: las habitaciones de la capitana Janeway se convirtieron en las del capitán Picard, la sala de reuniones de la Voyager se transfornó en las habitaciones de Riker y parte del conjunto de ingeniería de la Voyager se trocó en la biblioteca de la Enterprise. El interior de la nave de exploración tripulada por Data era la cabina del transbordador de la Voyager, y el interior de la lanzadera de la Enterprise usaba el conjunto interior de una Runabout[7] de Star Trek: Deep Space Nine.
La música, al igual que la de la anterior, corrió a cargo de Jerry Goldsmith, en la que fue su cuarta partitura dentro del ciclo fílmico. Arranca con el tema de la serie de televisión clásica, compuesto por Alexander Courage, y luego incorpora los leitmotivs básicos desarrollados con anterioridad para motivos concretos, como el de los klingons, y añade nuevas composiciones y variaciones. Para los Ba’ku compone un tema pastoral con arpas, secciones de cuerda y un solo de viento de madera, y la habilidad de los Ba’ku para ralentizar el tiempo fue acompañada con una variación de esa música.
El buen resultado que ofreció Star Trek: Primer contacto sin duda debió ser el cúmulo de una serie de dichosos eventos. Jonathan Frakes, en su debut como director de cine, se lo tomó muy en serio, pero además disfrutaba a su alrededor de un buen equipo, así como de un guion sólido que sabía explorar diversas facetas con buen tino. Aquí, lamentablemente, no sucede otro tanto. El nervio en la realización se ha perdido, y todo resulta muy rutinario, pareciendo que Frakes ha perdido el interés y trabaja con el piloto automático, perdiendo lustre la puesta en escena y semejando el resultado, simplemente, un episodio estirado de la serie. Y bien estirado, puesto que, siendo la presente la película más corta de toda la franquicia, se percibe que sobra metraje a mansalva, y un aligeramiento le hubiera venido bien.
No solo la dirección de Frakes ha relajado la intensidad que el film previo detentaba, sino que, además, el guion de Michael Piller[8] es de una flojedad terrible. La idea de la Fuente de la Juventud Eterna sobre la que se asienta desde los primeros esbozos de su concepto, sin duda, resulta sumamente atractiva, así como la alianza con el fin de hacerse con ello, incluso mostrando las tornas más oscuras de la Federación. Cierto elemento de la trama, por cierto, el de alojar dentro del holodeck a un grupo de personas sin su conocimiento, para trasladarlas a otro lugar, ya fue utilizado con anterioridad en un episodio de la serie LNG, en concreto “Homeward”, capítulo 13 de la séptima temporada, y ahí el resultado artístico y lúdico era muy superior.
Sin embargo, el guion definitivo —que, como se ha visto, sufrió no pocas reescrituras y cambios— propone muy poco. Así, gran parte de la trama se compone de idas y venidas de los personajes, huyendo de los malos, así como escenas dramáticas en un intento de desarrollo de los diversos roles; el problema es que ni la tensión de lo primero se mantiene, ni los diálogos tienen la suficiente enjundia para profundizar en lo segundo. Las escenas de amor entre Picard y Anij son terribles, en su cursilería, y las de Riker con Deanna de un infantilismo que sonroja. Gran parte del metraje se cubre con esas escenas que solo plantean un concepto de idilio de telefilm de sobremesa de fin de semana. Y las intrigas políticas carecen de suficiente afianzamiento para que nos hallemos ante algo con cierta rotundidad, en ese intento de hacer algo “divertido y sexy”, que parecía el único objetivo. Interesante, en todo caso, el hecho de que, en un momento determinado, el malo, Ru’afo, exponga los problemas con otros mundos que ha tenido en los últimos tiempos la Federación, para de ese modo unificar las diferentes franquicias de Star Trek, esto es, la cinematográfica y las dos series televisivas que en ese momento se proyectaban.
Los efectos especiales, por supuesto, son muy buenos, aunque en más de una ocasión las transparencias se perciben de forma muy notoria. Pero es algo que, al menos, contribuye a dar cierto lustre al conjunto, aparentando más empaque en una producción muy pobre en muchos sentidos. De hecho, el asentamiento de los Ba’ku semeja el de uno de esos episodios económicos de la serie, pese al atractivo tono oriental de su diseño, y el hacer a sus habitantes totalmente humanos en el aspecto da la impresión de que también se intenta ahorrar en ese sentido, o tal vez destila un talante un tanto racista para que los espectadores se sientan más identificados con ellos. Frente a estos, los malos son espeluznantes, con la piel más estirada que las Kardashian (que no los cardasianos).
De tal manera, ni un guion pobre se ve afianzado por una realización firme, ni una dirección floja consigue cierta prestancia por medio de un libreto consistente. Nos quedan, pues, el referido nivel de los efectos especiales, un reparto sólido en sus figuras principales (en particular, Stewart, Spiner y Burton) e invitadas (en especial, Abraham y Zerbe), la excelente fotografía de Leonetti y la siempre sólida música de Goldsmith. Pero ello sabe a muy poco, y Star Trek: Insurrección aparece, en definitiva, como una de las más flojas entregas de la franquicia hasta el momento y, además, muy posiblemente la más aburrida de todas.
Anécdotas
- Títulos de rodaje: Star Trek: Stardust / Star Trek: Rebellion / Star Trek: Nemesis[9] / Star Trek 9 / Star Trek IX / Star Trek: Prime Directive / Star Trek: Transcendance / Star Trek: Millennium / Star Trek; Parhfinder / Star Trek: Past and Future / Star Trek: The Directive / Star Trek: The Resignation / Star Trek: The Enemy Within / Star Trek: Breach of Promise / Star Trek: Dereliction of Duty / Star Trek: Apostasy / Star Trek: Where Time Stands Still / Star Trek: Forever / Star Trek: Beyond Paradise / Star Trek: Sacred Honor / Star Trek: Revolution / Star Trek: Rebellion / Star Trek: High Treason / Star Trek: Act of Treason.
- Título en México y Uruguay: Viaje a las estrellas: Insurrección.
- En 1998 la película recibió un premio del International Film Music Critics a la mejor composición para una película de fantasía o ciencia ficción. En 1999, la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films la nominó a mejor película de ciencia ficción y al maquillaje. También fue nominada al premio Hugo como mejor representación dramática. En los Bogey alemanes recibió un Bogey de Plata.
- Rodada con un presupuesto estimado de 58 millones de dólares. A nivel mundial consiguió unos beneficios de 119 millones. El rodaje se inició el 31 de marzo de 1998 y concluyó el 2 de julio.
- Lee Arnone, Max Grodénchik y Armin Shimerman como Quark aparecían en escenas finalmente descartadas.
- Jonathan Frakes quería que John de Lancie repitiera su papel de Q, pero no pudo ser.
- Cuando Data no funciona correctamente, el capitán Picard le hace cantar la ópera musical «H.M.S. Pinafore» de Sir W.S. Gilbert y Sir Arthur Sullivan. En el relato de Isaac Asimov “Sentido giratorio” / “Círculo vicioso” («Runaround», Astounding, 1947), un robot que funciona mal recita a Gilbert y Sullivan mientras elude la captura de sus amos humanos. Gran parte del personaje de Data se inspira en los relatos de Asimov de la saga de los robots, como el detalle de tener un cerebro positrónico.
- En una escena, Worf se despierta alterado de una pesadilla. La pesadilla trata sobre un trágico evento (el asesinato de su esposa Jadzia Dax a manos de Gul Dukat) que le sucedió a Worf en Star Trek: Espacio Profundo Nueve (1993) temporada seis, episodio veintiséis, «Tears of the Prophets», que tuvo lugar poco antes de los eventos de esta película.
- Esta película transcurre simultáneamente con la temporada séptima de Star Trek: Espacio Profundo Nueve y la quinta de Star Trek: Voyager.
- La novelización, escrita por J. M. Dillard (1998), presenta el final original de la película, donde Ru’afo se expone a la radiación y se vuelve cada vez más joven.
- Sir Patrick Stewart quería que su amigo de toda la vida, Brian Blessed, interpretara al almirante Dougherty. Blessed realizó más de ochocientas horas de entrenamiento de astronautas en Star City, en Rusia, y sigue siendo el civil número uno en la lista de espera para la Estación Espacial Internacional.
- Wilford Brimley y Gene Hackman fueron opciones para el papel del almirante Dougherty.
- Arnold Schwarzenegger fue la primera opción para el papel de Adhar Ru’afo.
- El papel de Anij fue ofrecido a Sally Field.
- Parece ser que Anne Igartiburu aparecía como una de las Ba’ku en un pequeño papel, pero fue eliminada del montaje definitivo.
- En la primera temporada de la serie, Riker no lucía barba, y aquí de nuevo, la pierde, en un juego erótico de Deanna. Ahí existe un fallo de continuidad, pues Data, al verle sin ella alucina y hasta le pide tocarle el rostro.
- Anthony Zerbe originalmente optó al papel de Adhar Ru’afo, y se consideró que era la mejor opción. Sin embargo, el equipo de producción decidió en cambio elegirlo para el papel del vicealmirante Dougherty. Durante la audición de Zerbe, en lugar de leer las líneas previstas, recitó el «Inferno» de Dante antes de pasar sin problemas al guion facilitado. El director y los productores decidieron por unanimidad otorgarle el papel de Dougherty.
- En novelas recientes de Star Trek se ha hecho referencia al almirante Dougherty como un operativo de la Sección 31. La Sección 31 es una organización que pretendía proteger los intereses de seguridad de la Tierra Unida y, más tarde, la Federación Unida de Planetas. Durante mediados del siglo XXIII, se la consideraba una división crítica de la Inteligencia de la Flota Estelar, mientras que en el siglo XXIV se creía que era una organización deshonesta que no se consideraba parte de la Federación. Apareció por primera vez, creada por Ira Steven Behr, en el episodio “Inquisition” de DS9, y más tarde también en Enterprise, la película Into Darkness y mayoritariamente en Discovery. Ha aparecido en novelas y cómics, y ahora se rumorea sobre una serie centrada en ella.
- Industrial Light & Magic no pudo hacer los efectos visuales de esta película por estar demasiado ocupada con Deep Impact (1998) y Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma (1999).
- La sala de recepción de la Enterprise-E es un rediseño de la sala de observación de Star Trek: First Contact, que a su vez era un rediseño de la misma sala de la serie de televisión Star Trek: The Next Generation.
- Esta película dio lugar a dos juegos de ordenador, Star Trek: Hidden Evil (1999), continuación directa de la película, y Star Trek: Armada (2000), que sigue el destino del pueblo Ba’ku después de lo que acontece aquí.
- Siguiente película de la franquicia: Star Trek: Némesis (Star Trek: Nemesis, Stuart Baird, 2002).
- Estrenada en Estados Unidos el 11 de diciembre de 1998. En España se estrenó el 26 de marzo de 1999.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *⅟₂
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Lore fue un androide creado por el doctor Noonian Soong, previo a Data, y de carácter malvado. Apareció por primera vez en el episodio “Datalore”, de la primera temporada de TNG, y luego tres veces más. También ha aparecido en gran cantidad de novelas, algunos relatos y unos cuantos cómics.
[2] Finalmente, reaparecería como Data mucho después en la serie Star Trek: Picard (2020).
[3] Esto se manifiesta, principalmente, en el tonteo que surge entre Deanna y Riker, con alguna escena vergonzosa, como la de la biblioteca, afortunadamente remontada y aligerada.
[4] Nemecek, Larry: Star Trek: The Next Generation Companion (3ª ed.). Pocket Books. 2003; pág. 334.
[5] Piller, Michael: Fade In: From Idea to Final Draft – The Writing of Star Trek: Insurrection (1998). Véase: FADE IN: From Idea to Final Draft (wordpress.com)
[6] En los extras de la edición en BD de la película figura el primer final.
[7] Una Runabout es una pequeña nave con capacidad warp, similar a un transbordador, pero que proporciona más espacio interior y comodidades para la tripulación para viajes interestelares prolongados. La Federación usa naves de clase Danubio y Yellowstone, y también disponen de ellas los cardasianos y los romulanos.
[8] Piller participó en el guion de trece episodios de LNG, entre ellos el díptico “The Best of Both Worlds”, el casualmente titulado “First Contact” o el también doblete de “Unification”. Después fue creador de DS9 y VOY, así como de la serie La zona muerta, a partir de la novela de Stephen King. Falleció en 2005, a los cincuenta y siete años de edad, víctima de un cáncer.
[9] Este título después fue aprovechado para la siguiente película de la franquicia.