Oficialmente, tras el Apolo 17, se cancelaron las siguientes misiones lunares por falta de presupuesto. Pero en realidad hubo un Apolo 18 que llegó a la Luna, donde los astronautas se toparon con una realidad terrible…

Dirección: Gonzalo López-Gallego. Producción: Dimension Films, Bekmambetov Projects Ltd., Apollo 18 Productions. Productores: Timur Bekmambetov, Michele Wolkoff. Productores ejecutivos: Ron Schmidt, Matthew Stein, Bob Weinstein, Harvey Weinstein, Shawn Williamson, Cody Zwieg. Productores asociados: Jonathan Shore, Kathleen Switzer. Guion: Brian Miller. Música: Hal Beckett. Fotografía: José David Montero. Diseño de producción: Andrew Neskoromny. Montaje: Patrick Lussier. FX: Global Effects, Bazelevs VFX, C.L.R., Atmosphere Visual Effects, The VFX Cloud, Artifex Studios, Faction Creative, Image Engine Design. Intérpretes: Warren Christie (capitán Benjamin Anderson), Ryan Robbins (teniente coronel John Grey), Ali Liebert (novia de Nate), Lloyd Owen (comandante Nathan Walker), Andrew Airlie (controlador de la misión), Michael Kopsa (Secretario de Defensa), Kurt Max Runte (primer técnico de laboratorio), Jan Bos, Kim Wylie, Noah Wylie, Erica Carroll, Thomas Greenwood… Nacionalidad y año: Estados Unidos, Canadá 2011. Duración y datos técnicos: 86 min. – Color – 1.33:1 / 1.85:1 – 35 mm / D-Cinema.

     

Gonzalo López-Gallego es un madrileño que, tras un corto, debutó en el largo con Nómadas (2001), aunque consiguió especial reconocimiento con El rey de la montaña (2007). Tras la mini-serie de televisión protagonizada por Miguel Ángel Muñoz La piel azul (2011), y un episodio para la risible Ángel o demonio, López-Gallego, como tantos otros, se buscó las Américas, literalmente, y rodó en Estados Unidos, en coproducción con Canadá y bajo el sello de los todopoderosos hermanos Weinstein, este Apollo 18, que explora la mitología del sueño americano, en cierto modo.

El planteamiento argumental no es por completo original. Podría decirse que arranca a partir de los últimos instantes del mítico mockumentary Alternativa 3 (Alternative 3 / Science Report: Alternative 3, 1977), de Christopher Miles, añadiéndole unos toques de Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979), de Ridley Scott. El guion pergeñado por Brian Miller –en lo que es su debut en el campo del largometraje, tras escribir y producir el corto Paracusia (2011), de diseño muy similar al presente– vuelve a emplear la técnica del falso documental sirviéndose de la excusa de unas cintas recuperadas de la misión del Apolo 18, lo que aconteció en la Luna y cómo todo fue ocultado a la opinión pública. La habilidad de Miller consiste en imbricar todo ello componiendo una original cinta de ciencia ficción dentro de un envoltorio documental, aportando de un modo paulatino una intriga cautivante.

La trampa queda muy evidente en el obligadamente deslavazado tráiler (que, me temo, no se puede montar de otro modo para llamar la atención del espectador potencial), pero una vez se presencia el filme y se entra dentro de su corriente narrativa, uno se deja arrastrar por su convicción. De escaso metraje (hora y cuarto, más diez minutos finales de unos largos créditos), dado el planteamiento es preciso que pronto comiencen a acontecer cosas, lo cual así sucede, y los pequeños percances se van perfilando de un modo paulatino, provocando la inquietud. López-Gallego aprovecha muy bien el entorno claustrofóbico donde se sitúa la acción, y juega con el desasosiego que provoca la presencia de algo sito en un entorno caracterizado por la absoluta soledad y aislamiento. De este modo, el director ofrece algo así como el reverso tenebroso de la luminosa Apolo 13 (Apollo 13, 1995), de Ron Howard, donde la crónica de un fracaso incluso se enfocaba como una glorificación. Aquí no hay lugar para ello, y el país de la libertad es reflejado con sus fisuras y su falta de escrúpulos.

La recreación de todo está muy conseguida, hasta el punto de que uno sospecha el uso de material de archivo perfectamente hilvanado con la recreación, sin percibirse la aliteración de uno y otro momento. Tanto es así que, al parecer, y coincidiendo con su estreno, la mismísima NASA tuvo que publicar una nota de prensa aludiendo al carácter ficticio de lo que se narraba en la película. La inmersión en todo es tal que no llega a importar errores de ambientación, como la escasa repercusión de la falta de gravedad en la superficie lunar por donde discurren los astronautas. Por lo demás, según parece, el director tuvo problemas con los productores, que le alteraron el montaje original (algo, por lo demás, bastante habitual en las producciones de los Weinstein).

Queda por esperar ver cómo Gonzalo López-Gallego se integra de un modo definitivo en la industria norteamericana, o si todo no ha sido sino un ligero coqueteo y regresa a nuestro cine. De momento, a punto tiene de estreno una nueva producción, Open Grave, de prometedora premisa terrorífica[1]. Sea como fuere, se presagia un realizador con fuste y estilo.

 

Anécdotas

 

  • Título en Argentina: Apollo 18 – La misión prohibida. Título en México y Perú: Apolo 18.
  • Para el rodaje se utilizaron lentes de los años setenta del pasado siglo.
  • El guion se reescribió de continuo durante el rodaje.
  • Filmada con un presupuesto de cinco millones de dólares.
  • Estrenada en Estados Unidos y en Canadá el 2 de septiembre de 2011. En España se estrenó el 7 de marzo de 2014, con un pase previo en el Festival SyFy en 2012.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] La película ya se estrenó y después López-Gallego ofreció The Hollow Point (2016), una fallida incursión en el thriller, y luego aportó la mini-serie español Néboa (2020).