En un futuro muy cercano, hay sobrepoblación mundial. En Estados Unidos deciden implantar leyes para limitar el problema: por un lado, cuando una persona cumple los sesenta y cinco años de edad, se le administran fármacos únicamente para calmar el dolor. Y solo se permite un hijo por matrimonio. Los Miller perdieron a su bebé al poco de nacer, así que consideran justo tener otro…
Dirección: John Llewellyn Moxey. Producción: Aaron Spelling Productions para American Broadcasting Company (ABC). Productor: William Allyn. Productor delegado: Aaron Spelling. Guion: Peter S. Fischer. Música: Laurence Rosenthal. Fotografía: Archie R. Dalzell. Dirección artística: Paul Sylos. Montaje: Art Seid. Intérpretes: Michael Cole (Alan Miller), Van Heflin (senador Quincy George), Harry Guardino (Howard Drumm), Janet Margolin (Karen Miller), Edward Asner (Barstow), Kent Smith (Gus Iverson), Michael Larrain (Sandy), Philip Bourneuf (Dr. Tyler), James A. Watson Jr. (sargento O’Connell), Barbara Babcock (Shelley Drumm), Sondra Blake (mujer embarazada en el metro), Roy Engel, Phyllis Avery, Ivor Francis, Jason Wingreen, Bill Walker, Victor Izay, Frank Baxter, Bob Harks… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1971. Duración y datos técnicos: 71 min. Color 1.33:1.
En su día, la producción cinematográfica Edicto siglo XXI: Prohibido tener hijos (Z.P.G., Michael Campus, 1972) alcanzó notoria fama, aunque hay que señalar que un año antes se estrenó en Estados Unidos este telefilm, con muy similar planteamiento, es decir, en un futuro próximo las leyes estatales limitan la reproducción humana. Aquí, esa restricción consiste en un solo hijo por pareja; cuando los Miller pierden a su bebé al poco de nacer este, se creen con el derecho legítimo a tener otro, pero el estado no opinará igual.
Amén de esa opción para delimitar la sobrepoblación, hay otra que se refleja como telón de fondo, y que consiste en que, cuando las personas alcanzan la edad de sesenta y cinco años, la asistencia médica para ellos se reduce a facilitar fármacos que atenúen el dolor, sin que haya el menor intento de sanarles de las enfermedades que les achaquen y dejando, por tanto, que mueran.
El día que requisaron a los niños / Decisión final (The Last Child, 1971) es un telefilm de muy bajo presupuesto. Quizás por ello se cite al inicio que la acción tiene lugar «en un futuro muy cercano». Y es que la ambientación es muy similar a la de cualquier obra de la época, y, si acaso, se percibe algún adorno en el interior de la casa un tanto “futurista”, o las tarjetas de identificación, que parecen disquetes como los de Star Trek. También podría deberse ello al intento de que el espectador (de la época) reconociera un entorno cotidiano y, de esa manera, acentuar la intensidad de la extrapolación. Por cierto que el empleo de los planos cercanos, muy típicos de la televisión, aquí sin pretenderlo, acaso, da una sensación de claustrofobia al espectador debido a la masificación humana, aunado además al formato cuadrado. En todo caso, vista hoy día el look de que dispone resulta muy atractivo, y su tono anticuado, en contraste con su condición futurista, proporciona una sensación curiosa. Rodada a principios de los setenta del pasado siglo, la película ofrece algunos vicios inherentes a la década anterior, y resulta especialmente resaltable en el aspecto de los dos policías que acosan a la pareja protagonista, provistos de sombrero.
Al principio de la historia vemos una maraña humana moverse por los pasillos del metro, para darnos a entender la sobrepoblación que acosa al país (al mundo). Eso choca, sin embargo, con los momentos finales, cuando la persecución automovilística, que acontece en unos caminos sin tráfico rodeados de campo virgen. Eso es debido, sin duda, a la mencionada limitación presupuestaria, que no podía crear un ambiente más convincente, y acaso también a un descuido en el desarrollo de la trama. Pese a ese elemento, el sólido guion es debido a Peter S. Fischer en lo que sería su debut en el medio. Después se especializaría particularmente en el género criminal, escribiendo para series como Kojak, Baretta, McMillan y esposa, Ellery Queen, Blacke el mago, Columbo y en especial Se ha escrito un crimen (Murder, She Wrote, 1984-1996), de la que fue creador. Aquí proporciona unos diálogos sólidos y crea unos personajes, dentro de su esquematismo y significado simbólico, que aportan convicción dado el nivel cualitativo de los intérpretes. El director es el habitual John Llewellyn Moxey, en su segundo telefilm del género para la televisión norteamericana, después de la mítica La casa que nunca muere (The House That Would Not Die, 1970).
Anécdotas
- Título alternativo: The Day They Took the Babies Away.
- En 1972 este telefilm fue nominado a un Globo de Oro en la categoría “mejor película realizada para televisión”. También estaba nominada El diablo sobre ruedas, pero ganó The Snow Goose (Patrick Garland, 1971).
- Último trabajo profesional de Van Heflin. Falleció tres meses después de la emisión de este telefilm, víctima de un ataque al corazón.
- Emitido por primera vez en la televisión norteamericana el 5 de octubre de 1971. En España se vio por vez primera el domingo 5 de mayo de 1974, como El día que requisaron a los niños, por TVE, en el espacio «Estrenos TV». También se ha editado como Decisión final en vídeo, por parte de IVS (Internacional Vídeo Sistemas), en 1984.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra