El capitán Kirk está ya jubilado, cuando, junto a Scotty y Chekov, asiste a la botadura de la Enterprise-B, al mando de un nuevo capitán. Sin embargo, durante ese acto rutinario acontece una catástrofe cósmica y, tratando de salvar vidas, Kirk es dado por muerto, al desaparecer un gran segmento de la nave. Setenta y cinco años después, la Enterprise-D, con el capitán Picard a bordo, sigue su misión, cuando acuden en ayuda de una estación que ha sido atacada. Entre los supervivientes está el doctor Soran, que ya fue superviviente de la previa catástrofe.
Dirección: David Carson. Producción: Paramount Pictures. Productor: Rick Berman. Guion: Ronald D. Moore, Brannon Braga, según argumento de Rick Berman, R. D. Moore, B. Braga, basado en las series de Gene Roddenberry. Fotografía: John A. Alonzo. Música: Dennis McCarthy. Montaje: Peter E. Berger. Diseño de producción: Herman F. Zimmerman. FX: Anatomorphex, CIS Hollywood, Industrial Light & Magic, Santa Barbara Studios, Special Effects Unlimited. Intérpretes: Patrick Stewart (capitán Jean-Luc Picard), Jonathan Frakes (comandante William T. Riker), Brent Spiner (teniente comandante Data), LeVar Burton (teniente comandante Geordi La Forge), Michael Dorn (teniente / teniente comandante Worf), Gates McFadden (doctora Beverly Crusher), Marina Sirtis (consejera Deanna Troi), Malcolm McDowell (doctor Tolian Soran), James Doohan (capitán Montgomery «Scotty» Scott), Walter Koenig (comandante Pavel Chekov), William Shatner (capitán James T. Kirk, retirado), Alan Ruck (capitán John Harriman), Jacqueline Kim (alférez Demora Sulu), Tim Russ (teniente táctico de la Enterprise-B), Whoopi Goldberg (Guinan), Jenette Goldstein, Thomas Kopache, Glenn Morshower, Tommy Hinkley, John Putch, Christine Jansen, Michael Mack, Dendrie Taylor, Patti Yasutake, Granville Ames, Henry Marshall, Brittany Parkyn, Majel Barrett, Barbara March, Gwynyth Walsh, Brian Thompson… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1994. Duración y datos técnicos: 118 min. color 2.39:1.
Aquel país desconocido alcanzó de nuevo el éxito. Con un presupuesto de treinta millones de dólares, se estima que la recaudación que logró en Estados Unidos fue de casi setenta y cinco millones, y otros noventa y cuatro en el resto del mundo; a eso hay que sumar, en cuestión de alquileres en vídeo, de otros treinta y seis millones para su país, y sesenta en el ámbito internacional. En cuanto a premios, alcanzó dos nominaciones en los Oscar, al maquillaje y a la edición de sonido. También fue nominada al Hugo a mejor representación dramática, y la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films la nominó a cinco premios Saturno, ganando el destinado a mejor película de ciencia ficción. Sin embargo, el propio final de la película presagiaba también el fin de la saga. Al menos, con los personajes conocidos.
El día 26 de septiembre de 1987 comenzaba en las televisiones estadounidenses la serie Star Trek: la nueva generación (Star Trek: The Next Generation), un nuevo intento de proseguir el éxito de la serie original, y de las películas consiguientes, ofreciendo la acción ambientada casi un siglo después de las previas, con la Enterprise-D con una nueva tripulación, comandada por el capitán Jean-Luc Picard (Patrick Stewart). El episodio piloto se titulaba “Encuentro en Farpoint” (Encounter at Farpoint), y en él tenía su aparición un centenario almirante Leonard McCoy, para establecer un nexo de unión entre ambas sagas (tras pensarse en contar con Spock). Al principio, todo el mundo miró con desconfianza la serie, pero paulatinamente fue ganándose el favor de seguidores, y entre algunos de ellos logró superar en cariño y valoración a la original.
La serie iba por la sexta temporada (de las siete que duraría) cuando los prebostes de la Paramount, en invierno de 1992, comentaron a Rick Berman, productor ejecutivo de la misma, la idea de realizar un largometraje para cines con la nueva tripulación. Los estudios pensaban que esa séptima película estaría destinada a presentar esos nuevos personajes, sin más, pero Berman pensó que sería un buen detalle que los predecesores pasaran el testigo a los nuevos[1]. En febrero de 1993, Berman contrataba a tres guionistas con el fin de desarrollar dos historias; hubo un cuarto guionista, Michael Piller, co-creador de DS9, que rechazó el ofrecimiento. Maurice Hurley, guionista y productor de TNG, refiere que el planteamiento inicial era mostrar a Kirk viajando en el tiempo hasta el siglo XXIV. Por su parte, los guionistas Ronald D. Moore y Brannon Braga, pretendían que todos los miembros de la tripulación original hiciesen aparición en un prólogo, para luego reaparecer Kirk en el clímax.
Una vez escritos ambos esbozos argumentales, estos fueron remitidos a los ejecutivos, que los revisaron e hicieron sugerencias, si bien parecían más predispuestos hacia la idea sugerida por Moore y Braga. Así pues, empezaron a desarrollar esa premisa, y un primer borrador estaba listo con fecha del 1 de junio de 1993, en el lapso entre la sexta y séptima temporadas de la serie. En principio, se tenía la idea de las tripulaciones de ambas Enterprise luchando entre sí, pero pronto se dejó de lado tal concepto, dado que no veían el modo de presentar a ambos bandos simultáneamente desde una perspectiva heroica; siempre uno de los dos parecía “el malo”. Así pues buscaron otro enfoque, centrado en “el misterio que abarca dos generaciones”, en palabras de Moore, y con el personaje de Guinan como nexo de unión entre ambos. En ese momento, a alguien se le ocurrió la idea de matar a Kirk, y a partir de ahí el punto de partida de la historia surgió de ese elemento.
En ese punto, para desarrollar el guion debían saber qué actores de la tripulación clásica estaban dispuestos a aparecer. William Shatner aparecería según le pareciera el guion definitivo, mientras que Leonard Nimoy y DeForest Kelley, si acaso, preferían un breve cameo; al final, optaron por no aparecer. En esa etapa, también le ofrecieron a Leonard Nimoy dirigir la película, pero también lo rechazó, dado que su contribución era nimia en el proyecto.
El guion se siguió desarrollando, y las líneas de diálogos destinadas a Spock y McCoy se destinaron a otros personajes. Se creó un villano, llamado Moresh, que luego fue cambiado a doctor Soran. También había grandes dosis de acción que luego se eliminaron, entre ellas el ataque romulano al observatorio Amargosa, del que al final solo vemos las consecuencias. También tenían aparición las famosas hermanas Duras y su tripulación, que tras la destrucción de su nave luchaban contra los miembros de la nueva generación en la selva del planeta Veridian III; en el guion definitivo la participación de las hemanas klingon se redujo de forma notoria, al hacer estallar directamente la nave sin recurso de reaparecer (en un plano repicado del film previo). Al final, los últimos borradores se realizaron de manera simultánea al guion de “…All Good Things”, el estupendo episodio último de la serie La nueva generación, por lo cual podían aprovechar y efectuar conexiones. (Adelantándonos un tanto, digamos cómo, al final, el resultado del capítulo de la serie resultó muy superior a la película para cines).
Terminado el guion empezaba la preproducción. El presupuesto del film se redujo a treinta y cinco millones de dólares, por lo cual el rodaje en Hawaii y Idaho se reemplazó por localizaciones más cercanas, en los alrededores de Los Ángeles, y en un parque próximo a Las Vegas.
Finalmente, el director contratado fue David Carson, algo hasta cierto punto lógico, dado que había ya dirigido episodios de TNG, así como de DS9. Quizás para contrarrestar un tanto el aire televisivo que este le pudiera aportar, como director de fotografía se contrató al excelente John A. Alonzo, quien tenía nominaciones a los premios de la Academia y los BAFTA por su atmosférica labor en Chinatown (Chinatown, 1974), de Roman Polanski, y fue premiado con un Emmy por su fotografía en blanco y negro del estupendo telefilm de política ficción Fail Safe – Sin retorno (Fail Safe, 2000), de Stephen Frears. A nivel técnico se contrataron otros nombres familiares, como Herman Zimmerman, diseñador de LNG y EP9, que junto al ilustrador John Eaves buscaron dar nueva savia a los decorados ya conocidos. En los efectos especiales se decidió contar de nuevo con la ILM, a cuyo soporte acudió CIS Hollywood, compañía que se encargaría de otros efectos adicionales.
A última hora, para el papel de Soran se decidió contratar al excelente actor Malcolm McDowell. Este se mostró entusiasmado ante la idea de matar a Kirk, aunque parece ser que después declararía que el guion le parecía, literalmente, una mierda (nosotros no somos tan drásticos, pero…). En el plano anecdótico, destaquemos que McDowell es tío materno del actor Alexander Siddig, que interpreta al doctor Julian Bashir en DS9; y que tras esta película, McDowell recibió algunas amenazas de muerte por parte de algunos descerebrados frikis de Star Trek por matar a su ídolo. Respecto a la tripulación original de la Enterprise, y aparte de Kirk, al final solo reaparecen Chekov y Scotty; las líneas de diálogo que estaban previstas para los demás personajes, como se ha referido, se repartieron entre ambos. En todo caso, Scotty ya había aparecido en un episodio de TNG, en el cual, de forma sorprendente, no recuerda la muerte de su capitán.
La película estaba casi acabada en verano de 1994, y un montaje provisional fue exhibido ante un público escogido a modo de prueba. La reacción no fue mala, salvo en la escena de la muerte de Kirk (rodada en el Valle del Fuego, en el desierto de Nevada), que no gustó nada. Se aprobó, pues, una inyección de presupuesto de otros cinco millones de dólares para rodar un nuevo final, y se re-escribió la escena para conceder al capitán una muerte más heroica, menos estúpida, y en septiembre se volvió al mismo escenario para rodar los planos. En todo caso, también se rodaron nuevos planos centrados en el hogar natal de Picard, para clarificar ciertos elementos difusos en el guion. Volviendo a la muerte de Kirk, en la edición en DVD podemos contemplar la escena original rodada. Y puede decirse que es aún peor que la nueva rodada, aunque esta tampoco nos satisfaga.
Como ya dijimos, Malcolm McDowell encarna al doctor Tolian Soran. Excelente actor británico, llamó la atención por su papel del rebelde Mick Travis en If… (If…, 1968), de Lindsay Anderson, y logró la consagración con su emblemático Alex de La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971), de Stanley Kubrick. Tras encarnar al dictador romano en la polémica Calígula (Caligola, 1979), de Tinto Brass, será H. G. Wells en la deliciosa Los pasajeros del tiempo (Time After Time, 1979), de Nicholas Meyer. En la década siguiente su estrella comenzará a declinar, y aborda el trabajo en películas cada vez más mediocres. Antes de su participación en este film apareció en Cyborg 3: The Recycler (1994), de Michael Schroeder, y después su carrera proseguirá por rumbos similares, alternándolo con el doblaje en series de dibujos animados. En 1998 protagoniza una nueva etapa de la serie Fantasy Island, reemplazando a Ricardo Montalbán, pero es un fracaso y solo dura trece episodios.
Alan Ruck es el inexperto capitán John Harriman, al mando de la Enterprise-B. Ruck es el clásico actor que alterna cine y televisión, y que nos suena por haberle visto en algún sitio y no caemos. Tuvo un papel fijo en la tele-comedia Spin City: loca alcaldía (Spin City; 1996-2002), y es el alcalde en la subvalorada El incidente (The Happening, 2008), de M. Night Shyamalan. Ruck volvió a encarnar el mismo personaje de la presente película en el fan-film Star Trek: Of Gods and Men.
Jacqueline Kim da vida a la alférez Demora Sulu, hija de Hikaru Sulu. Kim apareció en un breve papel en el Trauma [tv: Trauma, 1993] de Dario Argento, y también ha participado en series como Xena, la princesa guerrera (Xena: Warrior Princess; 1995-2001) o Urgencias, habiendo, en todo caso, desarrollado una breve carrera en estos campos, estando más volcada al teatro. El personaje de Demora Sulu volvería a aparecer en la fan-serie Star Trek: New Voyages, en concreto en el capítulo “World Enough and Time” (2007), encarnada esa vez por Mimi Chong.
Tim Russ, el teniente Tuvok en la serie Star Trek: Voyager (Star Trek: Voyager, 1995-2001) aparece en unas pocas escenas como teniente táctico de la Enterprise-B. En su amplia carrera cinematográfica y televisiva apenas ha tenido cometidos destacados, salvo los referentes a Star Trek ―aparece en diversos fan-films de la franquicia―, y encarna un papel fijo en la serie Samantha ¿Qué? (Samantha Who?; 2007-…).
Whoopi Goldberg es una actriz de gran éxito, que ganó un Oscar (y otros muchos premios) por su cometido en el film Ghost, más allá del amor (Ghost, 1990), de Jerry Zucker. Gran aficionada a Star Trek, de hecho decidió hacerse actriz incentivada por la labor desempeñada por Nichelle Nichols en la serie clásica. Se ofreció a participar en la serie La nueva generación, si bien en un inicio no le hicieron excesivo caso (posiblemente porque pensarían que su sueldo era astronómico), hasta que al fin le ofrecieron el papel de camarera en el Ten-Forward de la Enterprise, llamada Guinan en homenaje a una mítica propietaria de un night-club y entertainer, Texas Guinan (1884-1933). Añadamos, por cierto, que hasta que no pensaron en Guinan como personaje más o menos fijo, Goldberg trabajó para LNG completamente gratis. Aparecía por el plató de rodaje y en una tarde rodaba escenas para varios episodios, de ahí el constante cambio de color de su ropa, para que los montadores tuvieran una referencia clara de a qué episodio correspondía cada escena. Como el sindicato de actores norteamericano prohíbe de forma terminante esta práctica entre sus asociados, Goldberg cobraba por sus intervenciones y luego devolvía el montante en donaciones (lo mismo que hacen los actores invitados en New Voyages como Walter Koenig o George Takei). Cuando sus apariciones se hicieron más continuas y empezaron a interponerse en otros proyectos suyos, entonces sí que entró en nómina.
En diciembre de 1993 comenzó la construcción de nuevos decorados, pese a que, con todo, se reutilizaban algunos ya existentes. La maqueta de la Enterprise-D reaprovechaba la ya existente de la serie televisiva; a lo largo de doce semanas, una media de tres personas se dedicaron a trabajar sobre ella para arreglarla y adecuarla a su nuevo cometido cinematográfico, un equipo supervisado por John Goodson. Fue desmontada por completo, se le añadieron neones nuevos allá donde estaban estropeados, montaron otra vez los motores y la retocaron por fuera, tardando dos meses en pintarla (las distintas escalas de azul, gris y gris azulado, así como líneas rojas, cuadrados amarillos…; todo ello aportaba dimensión al resultado final). Incluso hubo que añadir cinta adhesiva a modo de protección por todos los lados. El platillo de la maqueta medía cerca de tres metros y medio de diámetro, por lo cual el trabajo sobre el modelo no resultaba nimio. Para la escena en la cual este se estrella contra el planeta se realizó un modelo aumentado de la parte frontal, cuando derrapa contra los árboles del bosque; se trataba de una pieza rectangular de unos tres metros y medio por dos, y alrededor de sesenta centímetros de alto.
Concretando en la escena en la cual el platillo se estrella, se realizó una gran maqueta de este de tres metros y medio de diámetro, el mayor tamaño que se podían permitir para poder manejarlo (era transportado por media docena de personas cuando había que trasladarlo y ubicarlo sobre una grúa). Se realizó una plataforma sobre raíles, conectada a una polea sita en una furgoneta, y así se movía la nave en su efecto de caída; el platillo cabalgaba sobre los raíles y había una especie de toldo cerrado con cremallera que ocultaba el mecanismo, ayudado por el ángulo de las cámaras. Se realizó un decorado en miniatura del paisaje, situado sobre una subestructura con contrachapado, que mostraba unas montañas lejanas, talladas una a una, y una colina en declive realizada con una moqueta vieja, que fue grapada al suelo y rociada con espuma. También había que corregir los colores, pues los verdes de la campiña, rodados a alta velocidad, aparecían marrones; al final, hicieron uso de una pintura verde fluorescente que se usa en las carreteras, y se tintaron todas las plantas. A la hora de rodar se colocó un espejo en el ángulo frontal a cuarenta y cinco grados, dado que la cámara había de estar frente a la nave. El platillo, montado sobre los raíles, alcanzaba una velocidad de veinticuatro kilómetros por hora; de ese modo se podía rodar un plano de la nave avanzando hacia la pantalla sin peligro alguno. Amén de ese encuadre, había otros laterales con cámaras situadas a los lados, de modo que, tras rodar todo de un tirón (si quedaba bien) en el montaje se alternaban las tomas.
A la hora de animar visualmente las naves, cuando llegaba la maqueta, tardaban varios días en realizar pruebas, hacer ensayos sobre movimientos e iluminación (tanto interna como externa), hasta que evidenciaban lo que mejor quedaba. Una vez tomadas las decisiones concretas, programaban por ordenador los movimientos y la iluminación, y cada plano tardaban en rodarlo unos dos días. Lo más destacado del interior de la Enterprise-D, y como novedad con respecto a la serie, fue la sala de cartografía estelar, ideada tras una visita al Laserium del Griffith Park de Los Ángeles; en principio se pretendía que fuera una gran sala esférica, pero las limitaciones presupuestarias indujeron a darle una forma cilíndrica y más pequeña.
Para la estupenda secuencia de los créditos, tras elaborar un minucioso story-board, se intentó rodar con una botella de Dom Perignon clavada a un palo, para hacerla balancear con un brazo de grúa de un modo que semejara flotar en el vacío cósmico; pero se dieron cuenta de que no era posible debido al efecto reflectante del cristal, y se vería la grúa y la sala de rodaje. Al final, como queda evidente viendo las imágenes, se rodó con imágenes generadas por ordenador; el choque de la botella contra el casco de la nave sí era real.
Muchos fans quedaron descontentos con la muerte de Kirk, entre ellos, el propio William Shatner, que escribió una serie de novelas (ayudado, a la sombra, por Judith Reeves-Stevens y Garfield Reeves-Stevens) donde seguía dando caña, para lo cual incluso los borg lo resucitan.
Amén de ello, apareció un colectivo denominado “Bring Back Kirk” (“Traed de vuelta a Kirk”) destinado a promocionar el regreso, de algún modo, del personaje a la franquicia. Así, crearon una web con tal fin, a la cual se afiliaron otras en apoyo, y crearon trailers para posibles películas que planteen el tema, algo así como los excelentes trailers ficticios que existen en la red, solo que con resultados más pobres. Como ejemplo tenemos Bring Back Kirk – The Second Official Trailer (2004), de diez minutos de duración, donde se efectúa una mezcla de imágenes de distintas películas con nuevas creadas por ordenador (los diseños son de Jason Turner y Wil Jaspers, y el montaje lo realiza Jay B.). Ahí vemos cómo Spock entra en el Nexus y recupera a Kirk, involucrando a distintos personajes de diversas sagas trek en una batalla en medio de la Guerra Fría Temporal que aparece en la serie Enterprise. El resultado es pésimo, con las caritas de los actores empotradas en cuerpos diseñados por CGI que les asemeja a Clicks de Famóbil, en aspecto e inmovilidad. Una curiosidad, en todo caso.
Ya comentamos con anterioridad que David Carson procedía de la televisión, donde debutó en Inglaterra, con series tan excelentes como las diversas fases del Sherlock Holmes de Jeremy Brett o, ya en Estados Unidos, Doctor en Alaska; junto a otras series, no precisamente gloriosas (Sensación de vivir, Un médico precoz…), de TNG dirige cuatro episodios, y de DS9 otros cuatro. Tras esos créditos es cuando se le encomienda, en su debut para la pantalla grande, la dirección de la presente película. Después, para cine, ha dirigido Cartas de un asesino (Letters from a Killer, 1998) y Ladrones de mentes (Unstoppable, 2004), sin destacar ninguna en especial. Mientras, en todo caso, ha seguido trabajando activamente en televisión, con telefilmes y, sobre todo, episodios para diferentes series, entre las que destacaremos la mini-serie El décimo reino (The 10th Kingdom, 2000), Smallville o The Dresden Files (The Dresden Files; 2007).
Todo lo previo es un buen corolario para comprender los romos logros de su puesta en escena en esta cinta, que entrega unos modales por completo televisivos, con atroces ralentíes y pésima planificación (véase la forma tan convencional como rueda, por ejemplo, el salto a caballo de Kirk de la sima, que además repite dos veces), y con anti-climáticos planos a helicóptero que distancian la narración del espectador. Solo cabe referir, acaso, el prólogo con Kirk, que es lo que detenta mayor emoción de todo el conjunto (y añadamos la estupenda secuencia de créditos, con la botella de Dom Perignon en atmósfera cero, escena donde ya se les debieron agotar las ideas)[2]; el resto es de una sosería apabullante, sin el menor carisma, y Carson se dedica a ceder las responsabilidades al equipo de efectos especiales, al de segunda unidad o a los actores, que son quienes la mayoría de las veces le sacan las castañas del fuego (con el excelente Patrick Stewart en cabeza, véase la escena en la cual comunica a Troi la muerte de su familia, o el “encuentro” con una nueva dentro del Nexus[3]), aunque sin lograr, ni por asomo, una buena película.
En todo caso, justo es reconocer que nuestro hombre lo tenía difícil con tan pésimo guion, que semeja uno del montón de la más floja (mas no deleznable) primera temporada de TNG, pero de mayor duración. Cuando ofrece una única idea, y la desarrolla en su totalidad, como el referido prólogo, la cosa más o menos funciona; pero cuando comienza a tener que avanzar es cuando nuestro equipo de guionistas muestra tan poca imaginación, desarrollan set piéces sin fuerza ni intensidad, y buscan golpes de efecto sosos o fuera de lugar: desde la tonta presentación de la nueva tripulación a modo de personajes de Horatio Hornblower, a los patéticos recursos humorísticos por medio de Data, hasta un “malo” de lo peor desarrollado en toda la saga, pese a los desesperados intentos por parte de Malcolm McDowell de otorgarle algo de dimensión, o el aturdido clímax final, de resolución tanto argumental como de puesta en escena tan cutre que da vergüenza presenciarlo… En fin, todo el conjunto es de una mediocridad aplastante, y cuesta comprender cómo, tras ese indigente inicio, la saga pudo proseguir.
Anécdotas
- Título en Argentina, México y Uruguay: Viaje a las estrellas: Generaciones.
- El arranque de la película tiene lugar en el año 2293, y luego salta al 2371.
- El caballo que monta William Shatner es suyo, así como la casa y la granja que se ven en las escenas en el Nexus.
- George Takei fue invitado a aparecer en la película, pero lo desechó, porque eso indicaría que bajaría de rango, después de estar al mando de su propia nave, ahora estar de nuevo a las órdenes de Kirk. Los diálogos de su personaje fueron destinados a Demora, hija de Sulu.
- DeForest Kelley no pudo participar debido a su delicadísimo estado de salud, dado que ninguna compañía de seguros se quería arriesgar. Sus diálogos pasaron a Chekov.
- El amor por el cual Kirk clama en el Nexus debiera haber sido Carol Marcus, de Star Trek II: La ira de Khan (1982), pero fue cambiada a la tal Antonia.
- Este film se estrenó seis meses después de la finalización de la serie La nueva generación.
- Los productores se plantearon a Marlon Brando para interpretar a Soran.
- Siguiente película de la saga: Star Trek: Primer contacto (Star Trek: First Contact, Jonathan Frakes, 1996).
- Estrenada en Estados Unidos el 17 de noviembre de 1994 en una premier en Hollywood, y después el día 18 a nivel global. En España se estrenó el 20 de febrero de 1995.
Luis Alboreca y
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Después, ese recurso ha sido respetado en casi todas las demás series: en el episodio piloto de Deep Space Nine, aparece Picard para ceder el testigo a Sisko; en el piloto de Voyager, Sisko hace otro tanto con Janaway. En Enterprise ha sido imposible por obvias cuestiones de cronología, pero en el último capítulo aparecen Riker y Deanna Troi. En la nueva película de Abrams, ese espíritu se mantiene, no por medio de algún personaje, pues se repiten, sino a través del actor Leonard Nimoy.
[2] Con anterioridad había prevista una espantosa escena con Kirk practicando una especie de parapente estelar, por suerte amputada del montaje definitivo.
[3] La escena se rodó dos veces, al no funcionar, según los responsables, la primera de ellas. Sin embargo, viene como extra en el DVD, y exhibe una mayor carga emocional que la definitiva.