Un monstruo gigante de apariencia simiesca, con pelambrera verde, surge de los mares y ataca una embarcación. Todo hace suponer que se trata de un antropoide enorme que perteneció a un grupo de científicos, y que se daba por muerto. En realidad no está muerto, pero tampoco es el causante: se ha retirado a meditar a la montaña, pero cuando el nuevo simio ―una división celular asexual del anterior― aparece, el antiguo, de pelambrera marrón, también da señales de vida…
Dirección: Ishirô Honda. Producción: Benedict Pictures Corp., Toho Company, United Productions of America. Productores: Tomoyuki Tanaka, Henry G. Saperstein, Reuben Bercovitch. Productores ejecutivos: Kenichirô Tsunoda, Reuben Bercovitch. Guion: Ishirô Honda, Takeshi Kimura [acreditado como Kaoru Mabuchi]. Fotografía: Hajime Koizumi. Música: Akira Ifukube. Montaje: Ryôhei Fujii. Diseño de producción: Takeo Kita. FX: Tôru Narita (diseño de los monstruos), Eiji Tsuburaya (director de efectos especiales), Hiroshi Mukoyama (efectos ópticos). Intérpretes: Russ Tamblyn [acreditado como Rasu Tanburin] (Dr. Paul Stewart), Kumi Mizuno (Akemi), Kenji Sahara (Dr. Yuzo Majida), Nobuo Nakamura (Dr. Kita), Jun Tazaki (general), Hisaya Itô (jefe de policía), Yoshifumi Tajima (oficial de policía), Ren Yamamoto (marinero), Kipp Hamilton (cantante), Kôzô Nomura (ayudante del general), Nadao Kirino (soldado), Shôichi Hirose, Tadashi Okabe, Hideo Shibuya, Ikio Sawamura, Seishirô Kuno, Someshô Matsumoto, Gorô Mutsumi, Haruo Nakajima, Yû Sekita, Yû Fujiki… Nacionalidad y año: Japón, Estados Unidos 1966. Duración y datos técnicos: 88 min. color 2.35:1.
La batalla de los simios gigantes (Furakenshutain no Kaiju: Sanda tai Gairah / The War of the Gargantuas, 1966) fue un film famoso en Occidente, sin embargo es secuela de otro prácticamente desconocido entre nosotros, Furankenshutain tai chitei kaiju Baragon (1965), del propio Honda (en Estados Unidos, Frankenstein Conquers the World). Citamos a nuestro amigo Ángel Sala[1]:
Unos científicos alemanes llevan a Japón el corazón del monstruo de Frankenstein que es inmortal, pero el imperio del Sol Naciente es bombardeado nuclearmente por los Estados Unidos y dicha víscera se torna nuclear, siendo devorada por un niño víctima de la explosión, que desarrollará un tamaño desproporcionado y se convertirá en el mismísimo monstruo de Frankenstein. Pero a pesar de su aspecto y cualidades amenazantes, este Frankenstein deberá enfrentarse a una amenaza aún mayor para el planeta, como es el terrible monstruo Baragon, produciéndose un auténtico combate de colosos.
La deliciosa Kumi Mizuno aparece en ambas películas, pero con papeles distintos ―en la primera es una científica, en la segunda es rebajada a mera ayudante―, y es que la relación entre los dos films es escasa, haciéndose unos simples comentarios en la secuela que en nada despistan al espectador desconocedor de la obra precedente.
La presente película supone, además, la tercera y última coproducción entre la japonesa Toho y la norteamericana UPA, propiedad de Henry G. Saperstein, de ahí la intervención principal de un personaje estadounidense, el profesor Paul Stewart, interpretado por Russ Tamblyn, estrella de West Side Story – Amor sin barreras (West Side Story, 1961), así como del magistral film de terror La casa encantada (The Haunting, 1963), ambos dirigidos por Robert Wise. Sin embargo, su intervención en este film fue polémica. Según parece, la relación entre el actor y el director no fue demasiado fluida, y en ocasiones Tamblyn hacia justo lo contrario de lo que Honda le indicaba; además, el intérprete consideraba que sus diálogos eran tan malos que gran parte de ellos los improvisó. Según Seiji Tani, jefe ayudante de Honda: “Tamblyn era un gilipollas”[2].
Estrenado en España con muchísimo retraso, como era habitual en el caos de exhibición del cine fantástico japonés, y con un título de lo más ridículo pero que ha devenido mítico[3], La batalla de los simios gigantes es un delicioso kaiju eiga con todos los defectos y virtudes inherentes en este tipo de cine. Entre las lacras cabe destacar un guion ingenuo y sencillo, donde resaltan particularmente unas decisiones, impulsos, comentarios y acciones de los personajes ―aun cuando sean científicos, militares o primeros ministros― de una candidez propia de un niño de doce años, o los consabidos efectos especiales de personas embutidas en cachazudos trajes destrozando maquetas. En el lado positivo cabe apuntar una puesta en escena elegante, poética, que aúna lo kitsch con lo naïf, un tratamiento del color de gran atractivo, y una capacidad extraordinaria para dar paso con una sencillez inaudita de los momentos graves y solemnes a los dinámicos y distendidos. Añadamos, por lo demás, el interesante comentario de Carlos y Daniel Aguilar[4], quienes ven que el film “acaso desorbitando, puede leerse como una paráfrasis de la leyenda sintoísta sobre la rivalidad entre los hermanos divinos Yamahiko (de la montaña) y Umihiko (del mar)”.
Pese a la apariencia humanoide de los monstruos, no son, por supuesto, simios: el verde posee orejas puntiagudas y unos colmillos retorcidos más propios de un jabalí; el marrón, un ser benigno, muestra una apariencia menos tremenda. Con todo, Ishirô Honda y Eiji Tsuburaya ―director y creador de los efectos especiales― rinden homenaje a King Kong, y algunas incursiones de Gaira recuerdan a la creación de Willis O’Brien, así el plano en que atrapa a una oficinista a través de una ventana y la devora. Los dos monstruos escindidos, además, podrían recordar el mito de Jekyll y Hyde, con las partes benigna y maligna separadas, esta vez simultáneamente[5]. Añadamos que hubo un proyecto de una tercera entrega, con el simio enfrentándose a Godzilla, pero no se llegó a hacer.
Anécdotas
- Títulos de rodaje norteamericanos: The Frankenstein Brothers / The Two Frankensteins / Frankenstein vs. Frankenstein / Frankenstein’s Decisive Battle / Frankenstein’s Fight.
- Título en México: La guerra de los gargantúas.
- Otros títulos anglosajones: Adventure of Gargantuas / Duel of the Gargantuas / Frankenstein’s Monsters: Sanda vs. Gailah.
- Russ Tamblyn está doblado al japonés por Gorô Mutsumi; para la versión en inglés Tamblyn redobló su papel, pues el audio original se perdió. Su papel en un principio se pensó para Nick Adams o para Tab Hunter.
- Estrenada en Japón el 31 de julio de 1966, y en Estados Unidos el 29 de julio de 1960. En España se estrenó en agosto de 1976.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] En el folleto incluido con la edición en vídeo de la película por parte de Filmax.
[2] Ryfle, Steve; Godziszewski, Editores: Ishiro Honda: A Life in Film, from Godzilla to Kurosawa. Wesleyan University Press, 2017; pág. 231.
[3] La edición de Filmax referida procede de la versión original japonesa, y no de la versión americana manipulada, y ofrece un nuevo ―y pésimo― doblaje, distinto al del estreno en cines. A lo largo del mismo, a los monstruos no para de llamárseles simios y, en un alarde de imaginación, para diferenciarlos, se opta por decir simio marrón o simio verde. En la versión original japonesa los monstruos se llaman Sanda Furankenshutain (el marrón) y Gaira Furankenshutain (el verde), cambiado éste por Sailah en la versión internacional. Con todo, en esta copia no hay alusión alguna a una mano amputada de Sanda de la que nacerá Gaira (sí se mencionan pelos del primero como origen del segundo) o referencias a comparar ambos con Caín y Abel.
[4] Acompañados de Toshiyuki Shigeta, en Cine fantástico y de terror japonés (1899-2001); con la colaboración de Toshiyuki Izumi y Sho Motoyama. Donostia: Donostia Kultura, Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, [2001]; pág. 84.
[5] Como en el excelente episodio de la serie Star Trek clásica “El enemigo interior” (“The Enemy Within”), con guion de Richard Matheson.