Tras una guerra nuclear, que acaba con casi toda la población humana, la sociedad es reconstruida. Poco después se comienzan a desarrollar robots, y cuando estos alcanzan un aspecto humano surge un movimiento conocido como la Orden de la Carne y la Sangre, un grupo fascista parapolicial que controla los androides y busca su erradicación. El capitán Kenneth Cragis forma parte de esa organización.

Dirección: Wesley Barry. Producción: Genie Productions Inc. Productores: Wesley Barry, Edward J. Kay. Guion: Jay Simms. Fotografía: Hal Mohr. Música: I. F. M. [¿Edward J. Kay?, sin confirmar]. Montaje: Ace Herman [acreditado como Leonard W. Herman]. Dirección artística: Ted Rich. FX: Jack P. Pierce (maquillaje), Louis M. Zabner (efectos de los ojos). Intérpretes: Don Megowan (capitán Kenneth Cragis), Erica Elliott (Maxine Megan), Frances McCann (Esme Cragis Milos), Don Doolittle (Dr. Raven), David Cross (Pax, un clicker), Richard Vath (Mark, un clicker), Reid Hammond (Hart, presidente del Comité de Vigilancia), Malcolm Smith (Court), George Milan (Acto, un clicker), Dudley Manlove (Lagan, un clicker), Pat Bradley (Dr. Moffitt), Gil Frye (Orus, un clicker), William Hunter (Ward, miembro del Comité de Vigilancia), Paul Sheriff (policía), Alton Tabor (duplicado de Kelly)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1962. Duración y datos técnicos: 85/75 min. – Eastmancolor – 1.37:1 (ratio del negativo) / 1.85:1 (ratio de proyección) – 35 mm.

 

Toda una rareza, cierto es: un film de ciencia ficción que puede ser tanto adorado como despreciado. Cuenta con un guion original de Jay Simms[1], creador también del atroz díptico dirigido por Ray Kellogg y formado por The Killer Shrews [dvd: Las musarañas asesinas, 1959] y The Giant Gila Monster [dvd: Gila, el monstruo gigante, 1959], así como de la interesante Pánico infinito (Panic in Year Zero, Ray Milland, 1962) y la curiosa The Resurrection of Zachary Wheeler [tv/vd: La resurrección del senador, Bob Wynn, 1971]. También trabajó de forma masiva en televisión, escribiendo para más de una veintena de series, sobre todo policiacas y del Oeste, pero eludiendo de manera sorprendente la ciencia ficción, eje de su tarea cinematográfica[2]. Lo que cuenta aquí es sin duda interesantísimo, pero se ve lastrado por un desarrollo que se centra solo en personajes reunidos hablando sin parar, sirviendo ese elemento como único eje de comunicación de ideas y de evolución de la trama.

En cuanto al director, Wesley Barry (1907-1994), debutó como actor de cine mudo, tarea que abandonó en 1943, para pasar luego al cargo de ayudante de dirección en 1946 hasta 1967. Como realizador solo hizo siete películas, comenzando con el drama anticomunista The Steel Fist (1952), protagonizado por Roddy McDowall, y finalizando con la presente, y especializándose particularmente en wésterns. Aquí, desde luego, se ve constreñido por la enorme limitación de presupuesto, y debe circunscribirse solo a tres o cuatro escenarios, con una decoración muy pobre, y fondos pintados.

Eso sí, esas restricciones permiten uno de los vestuarios para una película de ciencia ficción más surrealistas que puedan imaginarse, conformado por una mezcolanza de estilos diferentes escogidos del almacén del estudio: los miembros de la Orden de la Carne y la Sangre visten como soldados de la Confederación, y la chica con la que liga el protagonista parece una partisana, con la boina ladeada. En cuanto a los robots, estos se cubren con un elemental mono de trabajo. Su maquillaje, creado por el mítico Jack Pierce, consiste en una calva, piel de un blanco azulado y unas estremecedoras lentillas de color oro viejo.

La referida Orden de la Carne y la Sangre, de la que forma parte el «héroe», es un grupo parapolicial que patrulla las calles, vigilando a los robots ―a los que llaman despectivamente «clickers»―, en un intento de tenerlos controlados. Suelen celebrar reuniones, que parecen propias del Ku Klux Klan, y poseen una evidente fijación racista contra los androides, de los que esperan una especie de conspiración, aunque resultan bastante contradictorios con sus tesis. Por otro lado, la hermana del protagonista mantiene una relación con un robot. Tampoco queda muy claro en qué consiste esa relación; al parecer están casados, o bajo contrato, como se denomina dentro de los cánones futuristas, si bien lo que vemos es que lo trata como a un criado que a veces participa de las conversaciones, y casi seguro que lo utiliza como máquina para proporcionarse placer sexual. Ella, obvio es, se muestra más abierta en lo que respecta con los robots, aunque también vemos en su actitud cierta ingenuidad.

Dentro de ese entorno, asistiremos a una revelación sorprendente, centrada en aspectos de la evolución humana, y comprobamos cómo todas las facciones que aparecen en el film tienen en cierto sentido razón, y al tiempo están equivocadas. Es un film pues de tesis, expuesta de una forma burda, por medio de esos bustos parlantes hasta justo el final (no hay clímax, salvo uno digamos verbal), y por ello puede aburrir a algunos espectadores, aparte de la planicie expositiva que manifiesta su director. Solo destaca una fotografía que, sospecho, debe ser buena, aunque la copia a la que he accedido es sencillamente atroz. Su responsable es Hal Mohr, ganador del Oscar por su trabajo en El sueño de una noche de verano (A Midsummer Night’s Dream, William Dieterle, Max Reinhardt, 1935) y en El fantasma de la ópera (Phantom of the Opera, Arthur Lubin, 1943). Cómo un profesional de esta categoría pude ser contratado para esta producción paupérrima es otro de los muchos misterios que envuelven a esta oscura película, muy defectuosa, cierto, pero que merece la atención del aficionado a la ciencia ficción.

 

Anecdotario

  • Títulos de rodaje: This Time Around / This Time Tomorrow / Revolt of the Humanoids.
  • Se suele definir como uno de los films favoritos de Andy Warhol.
  • Entre los robots primitivos que se ven en los momentos iniciales, el R1, es el que salía en Earth vs the Flying Saucers [tv/dvd: La Tierra contra los platillos volantes, Fred F. Sears, 1956].
  • Las lentes de contacto que llevan los actores que hacen de robots fueron proporcionadas por el doctor Louis M. Zabner, un optometrista pionero en el uso de las mismas para cambiar el color de los ojos de los actores.
  • Pese a su estreno en 1962, parece ser que hubo un pase el 1961, y que pudo haber sido filmada en verano de 1960.
  • Estrenado en Estados Unidos el 3 de julio de 1962.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] Se suele considerar una adaptación de la novela Los humanoides (The Humanoids, 1947), de Jack Williamson, con la cual tiene un cierto parecido.

[2] También fue guionista de un documental dirigido por John Ford, Chesty: A Tribute to a Legend (1976), un tributo al marine más condecorado de los Estados Unidos, el general Lewis B. ‘Chesty’ Puller.