Una misión espacial recupera unas muestras de Marte, que serán analizadas en la Estación Espacial Internacional. Se descubre una pequeña célula que, con las pruebas correspondientes, comenzará a manifestar señales de vida. No solo eso, sino que empieza a crecer…

Dirección: Daniel Espinosa. Producción: Columbia Pictures, Skydance Media, Sony Pictures Entertainment. Productores: Bonnie Curtis, David Ellison, Dana Goldberg, Julie Lynn. Productores delegados: Don Granger, Vicki Dee Rock. Guion: Rhett Reese, Paul Wernick. Música: Jon Ekstrand. Fotografía: Seamus McGarvey. Diseño de producción: Nigel Phelps. Montaje: Mary Jo Markey, Frances Parker. FX: Atomic Fiction, Clear Angle Studios, Double Negative Visual Effects, Double Negative, Industrial Light & Magic, Nvizage, Spov (efectos visuales), Steven Harris (animatronics). Intérpretes: Jake Gyllenhaal (David Jordan), Rebecca Ferguson (Miranda North), Hiroyuki Sanada (Sho Murakami), Ryan Reynolds (Rory Adams), Olga Dihovichnaya (Ekaterina Golovkina), Ariyon Bakare (Hugh Derry), Jesús del Orden, Allen McLean, Leila Grace Bostwick-Riddell, Mari Gvelesiani, David Muir, Elizabeth Vargas, Camiel Warren-Taylor, Haruka Kuroda, Naoko Mori, Alexandre Nguyen, Hiu Woong-Sin… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2017. Duración y datos técnicos: 104 min. – color – 2.39:1 – D-Cinema.

Muchas críticas han comentado insistente y machaconamente las similitudes de la presente película con Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979). No voy a negarlas, porque existen, ciertamente, y en varios detalles, además. Lo que conviene resaltar, en todo caso, es que la propia Alien no era el colmo de la originalidad, y que esta, de por sí, ya tomaba claramente elementos de distintas películas previas, en especial de It! The Terror from Beyond Space [tv/dvd: El terror del más allá, 1958], de Edward L. Cahn. De hecho, sin mucho esfuerzo se podría comparar Life con la película de Cahn, sin más. Lo que de verdad ha convertido a Alien en el mito de la ciencia ficción que es no es por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta –como, de hecho, sucede con gran parte del cine, si no todo–. Son los modos, el estilo, el ritmo, la cadencia, la atmósfera.

Life, por supuesto, no logra llegar a la altura de una de las pocas películas buenas de Ridley Scott. Pero es una grata, decente y honesta película de ciencia ficción. Y el tono es por completo diferente al de Alien. El film de Scott, estrenado en 1979, era hijo de su tiempo, y los personajes que ofrecía reflejaban los momentos de turbio compromiso social, mostrándolos como trabajadores –téngase en cuenta que es co-producción con el Reino Unido, país que en ese mismo año presentaba como primera ministra a la polémica y reaccionaria Margaret Thatcher–. Aquí también son trabajadores, pero más especializados, más técnicos, y se nos muestra su transcurrir cotidiano con el tono documentalista de los astronautas contemporáneos. Alien se ambientaba en un futuro lejano, pero sus personajes eran hijos de 1979; los personajes de Life son hijos de 2017.

Dentro de ese entorno realista, se introduce un elemento perturbador, fantástico pero plausible, una pequeña célula marciana, semejante a un paramecio, que comienza a crecer bajo estímulo externo, hasta parecer un chipirón. Todo lo que acontece a partir de ahí, hasta el mismísimo final, es totalmente predecible. No por ello se invalida la película. La virtud de Life consiste en instituir una funcional serie B, entretenida y sencilla, sin otra pretensión que hacer una emocionante película de monstruos dentro de un entorno aséptico donde esa envoltura se va disipando a medida que las reacciones humanas entran en acción.

El director Daniel Espinosa, pese a su nombre es sueco, nada menos, hijo de una sueca y un chileno. Sería interesante ver algunas de sus películas rodadas en su país natal. Después, se ha hecho famoso con El invitado (Safe House, 2012) y, sobre todo, El niño 44 (Child 44, 2015). Tras la presente hizo la mediocre Morbius (Morbius, 2022), y después tenía anunciada una película sobre inmigrantes suecos en los Estados Unidos de 1850 que finalmente desechó, y otra sobre el ISIS, pero al final presentó Madame Luna (2024), basada en un hecho real, sobre una refugiada eritrea, para después aportar la miniserie televisiva The Helicopter Heist (Helikopterrånet, 2024), de acción, y tiene en perspectiva la bélica Red Platoon y, al fin, The Anarchist vs ISIS. No puede decirse que se trata de un realizador monotemático, y su amplitud de objetivos es cautivante.

En Life reúne un pequeñísimo grupo de personajes, retratados por actores solventes, e introduce en ese microcosmos –nunca mejor dicho– un agente anómalo, la referida criatura marciana, que irá acosando a los, no ya héroes, sino seres normales y corrientes. El hecho de mostrar el tema de la vida se subraya con el instante en que el japonés Sho asiste en directo a través de la cámara del móvil al nacimiento de su hijo. Y cabe referir que el marciano ataca por mero afán de supervivencia: una avería en los controles hace que la criatura quede expuesta a algo que la hace reaccionar hibernando; buscando su nueva movilidad, Hugh le somete a una descarga eléctrica, un mero estímulo, pero eso el ser no lo sabe. A partir de ese instante, Calvin –como es bautizado simpáticamente el marciano por un niño vía satélite– intentará sobrevivir al modo que sea. Y, por supuesto, los terrestres también. Terrestres representados por diversas tipologías, en una estación espacial internacional, donde confluyen norteamericanos, rusos, ingleses (el inglés, además, es negro, por lo cual ha sufrido la segregación racial) y japoneses, todos los cuales, en el pasado, tuvieron enfrentamientos de algún tipo. David, el personaje que interpreta Jake Gyllenhaal, comenta que no le gusta lo que estamos haciendo con nuestro planeta, por lo cual se auto-exilia al espacio. Esta aparente muestra de egoísmo entrará luego en una hipotética contradicción con lo que posteriormente hará; al contrario, es totalmente coherente con sus postulados, y con la idea implícita en todos los personajes, humanos o no, de sobrevivir.

 

 

Anecdotario

  • Título en Argentina, Chile, México, Perú y Uruguay: Life: Vida inteligente.
  • Ryan Reynolds optó al papel protagonista, pero problemas de agenda se lo impidieron y hubo de optar por uno secundario.
  • Algunos fans han querido lanzar la teoría de que esta película es una precuela a la cinta Marvel Venom (2018).
  • Para emular la falta de gravedad, los actores estaban suspendidos de cables que luego se borraron digitalmente.
  • Rodada con un presupuesto estimado de 58 millones de dólares, recaudó más de 100 millones en todo el mundo.
  • Daniel Espinosa pidió al compositor Jon Ekstrand que creara una partitura que hiciera referencia a la obra de Bernard Herrmann.
  • Estrenada en Estados Unidos el 24 de marzo de 2017. En España se estrenó el 7 de abril.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

CALIFICACIÓN: **½

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra