En una isla cercana a China se están produciendo experimentos coordinados por el ejército norteamericano, destinados a provocar mutaciones en serpientes y usar el veneno como arma biológica. Se ordena repatriar a los dos investigadores al mando, y un submarino en la zona es destinado a acogerlos. Suben a bordo de la nave con cajas conteniendo los ofidios alterados…

Dirección: Fred Olen Ray. Producción: Cinamour Entertainment, ARO Entertainment, Baby Steps Entertainment, BDS Productions. Productor: Jeffrey Schenck. Co-productores: Cord Douglas, Kimberly A. Ray, Peter Sullivan. Productores delegados: Paul Baker, Glen Hartford, Douglas Price, Daniel Toll. Co-productores delegados: Scotty Atkins, Steve Murada, Steven Murata, Bart Slanaker. Guion: Mark Sanderson. Fotografía: Theo Angell. Música: Stu Goldberg. Montaje: Randy Carter. Diseño de producción: Peter Dang. FX: S.O.T.A. FX. Intérpretes: Luke Perry (teniente comandante James O’Neill), Krista Allen (doctora Andrea Swanson), Tom Berenger (almirante Bradley Wallace), Louis Mandylor (Jake Goldin), Anthony Tyler Quinn (Eddie Boudreau), John L. Curtis (teniente comandante Houston Davies), Robert Catrini (comandante Drake), David Andriole (alférez Richard Kelso), Sam Scarber (capitán Rogers), Travis Dixon (oficial Lozano), Haran Jackson (marinero Rhodes), Oliver Rayon, Bill J. Stevens, Gerald Webb, T. Ryan Mooney, Kimo Keoke, Ted Monte, Jeffrey Christopher Todd, McKay Stewart, Michael Galvez, Austin Honaker… Nacionalidad y año: Estados Unidos 2009. Duración y datos técnicos: 84 min. Color 1.85:1.

 

Fred Olen Ray nació el 10 de septiembre de 1954 en Ohio, pero creció en Florida. Es competidor profesional de lucha libre, campo en el cual usa el seudónimo de Fabulous Freddie Valentine. En el cine debutó por medio de una extraña película: el director Donn Davison había estrenado en 1972 una cinta denominada Shantytown Honeymoon; Ray, que la había producido, rodó nuevas escenas con John Carradine y la estrenó de forma muy limitada, tras lo cual se la vendió a la Troma, que la editó en VHS en 1986 como Demented Death Farm Massacre. Ya en 1977 dirigió, escribió, produjo, fotografió e hizo un pequeño papel en The Brain Leeches. En total ha dirigido cerca unas 150 películas, de terror, ciencia ficción o acción, sobre todo, y uniendo las estrenadas en cine (de cualquiera manera en su mayoría), directas a DVD, como la presente, o como telefilmes. Gran amante del cine fantástico, esa pasión no ha conducido a que lo que él hace ofrezca un mínimo de talento, y sin temor a exagerar se le puede incluir con facilidad entre los cinco peores directores del género de todos los tiempos.

La presente cinta cuenta con guion de Mark Sanderson, que en 2000 escribió la curiosa Soldados de papel (I’ll Remember April, 2000), de Bob Clark, con Pat Morita y Haley Joel Osment, y luego pasó a la televisión. Sorprende, pues, ver el arranque de la presente película, cuando da la impresión de que nos vamos a encontrar con algo con una trama bastante más trabajada que de costumbre: el protagonista (un inexpresivo Luke Perry) es un militar que, tras estar a punto de sufrir un consejo de guerra, le es adjudicada la comandancia de un submarino conducido por novatos, entre ellos el segundo de a bordo; durante su misión, arriba citada, atraviesan aguas chinas, donde los orientales efectúan maniobras, por lo cual ellos han de pasar desapercibidos.

Parece ser, pues, que nos encontraríamos ante un sólido drama, donde las relaciones entre los ocupantes forzados del submarino serán puestas a prueba. Pero claro, nos encontramos con una película de Fred Olen Ray y, por tanto, eso es imposible. Ese interesante trasfondo es expuesto de cualquier manera, y el director se muestra incapaz de crear tirantez en los enfrentamientos entre personajes, así el encuentro inicial entre el teniente comandante James O’Neill y su superior, el almirante Bradley Wallace (Tom Berenger teñido de rubio), por poner un ejemplo. Esa incapacidad se traslada, desde luego, al resto de la cinta, donde las escenas de acecho y ataque por parte de las serpientes carecen de la más mínima fuerza, sentido de la inquietud o intensidad alguna.

Toda la trama pivota alrededor del referido personaje de Luke Perry, y durante unos instantes se juega con un interés amoroso hacia la doctora Andrea Swanson (Krista Allen), para de pronto dejarlo de lado cuando se nos muestra una fotografía de una esposa en el camarote del teniente comandante, hasta entonces ignorada, y al final él menciona una hija que lo está esperando. En todo caso, el personaje de O’Neill está pésimamente definido, tanto por la floja interpretación que de él hace Perry, como ya se ha comentado, como por el contradictorio perfil psicológico que se le otorga: menciona que odia las serpientes, lo cual hubiera representado una atractiva lucha entre su fobia y sus responsabilidades, pero cuando se enfrenta a la circunstancia no muestra más inquietud que la que mostraríamos cualquiera de nosotros en una situación semejante. Hacia el final se pone a disparar con su revólver a las serpientes de forma gratuita, agotando la munición de manera absurda, para que al momento aparezca el ofidio más grande y aportar otro momento ridículo (que se acrecienta cuando se gira para huir de él y se da de narices contra una cañería).

En cuanto al tema de las serpientes, al submarino arriban una veintena de tamaño natural, que vagan sueltas por el mismo atacando a los marinos, y se distingue a la perfección cuándo se trata de auténticas y cuándo de recreaciones informáticas. De esto último se trata, por supuesto, de la pareja de crótalos mutados, de unos veinte centímetros de diámetro y cuatro o cinco metros de largo, con un diseño casi caricaturesco, a tal punto que recuerdan a Kaa, la serpiente de El libro de la selva (The Jungle Book, 1967), la producción de Disney. Añadamos que nada más arrancar el film sale la mamá de las citadas, esta como de un metro de diámetro, y tan mal diseñada como los demás.

En suma, un engendro típico de la filmografía de Fred Olen Ray, que únicamente aporta un punto de curiosidad cinéfila para el aficionado: el submarino donde acontece todo se llama Santa Mira, igual que la ciudad donde se desarrolla La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956), de Don Siegel.

 

 

Anécdotas

  • Título de rodaje: Recoil. Re-emitido por la televisión norteamericana como Sea Snakes.
  • Remake del telefilm El submarino de la muerte (Fer-de-Lance, 1974), de Russ Mayberry.
  • Presupuesto estimado: dos millones de dólares.
  • Estrenada directamente en vídeo en Estados Unidos el 2 de junio de 2009.

 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ●

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra