A lo largo del mundo han desaparecido diversos aviones que transportaban en su interior prototipos experimentales y equipo secreto. De hecho, en el Reino Unido acaba de desaparecer un aeroplano de la agrupación Barrett & Ward Aircraft Company, y el Servicio Secreto lo está investigando. Cuando un segundo vuelo también desaparece, el agente Charles Hammond se alía con un piloto de esa empresa, Tony McVane, para proseguir las investigaciones.
Dirección: Tim Whelan [y Arthur B. Woods sin acreditar]. Producción: Irving Asher Productions. Productor: Irving Asher. Productor ejecutivo: Alexander Korda. Guion: Ian Dalrymple, según una historia original de Brock Williams, Jack Whittingham, Arthur Wimperis. Fotografía: Harry Stradling Sr. Música: Muir Mathieson (director musical). Montaje: Hugh Stewart. Supervisión de la dirección artística: Vincent Korda. Intérpretes: Laurence Olivier (Tony McVane), Ralph Richardson (comandante Charles Hammond), Valerie Hobson (Kay Hammond), George Curzon (Jenkins), George Merritt (Barrett), Gus McNaughton (Blenkinsop), David Tree (Robert Mackenzie), Sandra Storme (Daphne), Hay Petrie (portero), Frank Fox (Karl), George Butler (teniente general Gosport), Gordon McLeod (el barón), John Longden (Peters), Ronald Adam, Leslie Bradley, Mark Daly, David Farrar, Ian Fleming, Franklyn Kelsey, Herbert Lomas, Miles Malleson, Gregory Stroud… Nacionalidad y año: Reino Unido 1939. Duración y datos técnicos: 82 min. B/N 1.37:1.
La idea de la presente película surgió de un suceso real. En 1938, un avión revolucionario, el prototipo del bombardero Vickers Wellesley, que utilizaba una construcción geodésica inventada por Barnes Wallis, desapareció en el Canal de la Mancha durante un vuelo de prueba. El Ministerio del Aire le pidió a Lord Vansittart de Denham, jefe del servicio secreto británico, que iniciara una búsqueda del avión perdido. Se supone que parte de los restos del Wellesley fueron encontrados en un garaje en Kiel, Alemania, y se sugirió que el desafortunado avión había sido derribado por un submarino germano. El servicio secreto británico estaba tan seguro de esto que financió parcialmente esta cinta ― Lord Vansittart era amigo del productor ejecutivo Alexander Korda― para que la Luftwaffe supiera que lo habían descubierto. Después de buscar y encontrar piezas del prototipo perdido, Vansittart le pidió a Korda que hiciera este film y puso a su disposición fondos del Servicio Secreto para ayudarle a hacerlo[1], y convirtiendo la cinta en un elemento de propaganda prebélico, teniendo en cuenta que pronto estallaría la Segunda Guerra Mundial.
En septiembre de 1938 se promovió la escritura y producción de la película, muy poco antes de que Laurence Olivier partiera para los Estados Unidos con el fin de rodar la magnífica Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights, William Wyler, 1939). Como director se escogió a Tim Whelan, un norteamericano que llevaba años afincado en el Reino Unido, y donde había rodado desde finales del cine mudo, aunque también filmó algunas cintas en su país natal de manera ocasional. Poco después de la presente, Whelan se sumó al macro-proyecto del cine británico que fue El ladrón de Bagdad (The Thief of Bagdad, 1940), codirigiéndola junto a Ludwig Berger, Michael Powell, Alexander Korda, Zoltan Korda y William Cameron Menzies. Precisamente Ondas misteriosas (Q Planes, 1939) también fue codirigida, pues en la sombra parece ser que también rodó planos Arthur B. Woods, un prometedor realizador de preguerra, del que, salvo error, ningún otro film se estrenó en España, y que murió en acción durante la Segunda Guerra Mundial. Whelan, por su parte, tras la citada El ladrón de Bagdad regresó de manera triunfal a Estados Unidos, donde rodaría el resto de su filmografía, con un puñado de simpáticas producciones de serie B, entre las que podrían destacarse la semiterrorífica The Mad Doctor (1941), la intriga Noche de pesadilla (Nightmare, 1942) o el reivindicable wéstern Badman’s Territory [tv/dvd: Territorio de forajidos, 1946], hasta finalizar con Texas Lady [tv: Una mujer de Texas, 1955].
El guion de Ondas misteriosas lo escribió Ian Dalrymple, antiguo colaborador de Whelan, a partir de un argumento perpetrado entre Brock Williams, Jack Whittingham y Arthur Wimperis. Ciertamente se trata de un trabajo muy peculiar, pues su alternancia de inflexiones es lo que le aporta singularidad al film. Arranca en tono de comedia, y dispone de un aire de ironía casi constante, aunque la trama de espionaje está tratada con seriedad, y durante el clímax final no se escamotean muertes, cuando el héroe de la película comienza a ametrallar sin descanso a espías traidores, claro ejemplo del clima prebélico que imperaba en la época de rodaje del film. Además, en la trama se incluye un elemento de ciencia ficción como es esa extraña máquina emisora de ondas (las “ondas misteriosas” del título español) que intercepta los aviones, y cuyo diseño responde al aspecto característico del cine de anticipación europeo de la época.
Como protagonistas tenemos a Laurence Olivier y Ralph Richardson componiendo un peculiar equipo. Ambos llevaban diez años de una amistad que se prolongaría durante cincuenta años, y esa química se percibe en el film. Olivier muestra un perfil más serio, si bien algo atolondrado, y Richardson se muestra pletórico en su papel de irónico agente secreto provisto siempre de bombín y paraguas. Efectivamente, su personaje fue la inspiración para, años después, concebir a John Steed, protagonista de la mítica serie Los vengadores (The Avengers, 1961-1969); se encuentran alusiones a que fue tanto Patrick Macnee, su intérprete, como Brian Clemens, su creador, quien aportó la fuente. Les acompaña una hermosa Valerie Hobson, como la hermana de Richardson e impertinente periodista, y quien con diecisiete años fue el personaje del título de la mítica La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, Jame Whale, 1935)[2].
Lo mejor de la película es, sin duda, el personaje interpretado por Richardson, el agente secreto comandante Charles Hammond, que continuamente está disparando ironías y réplicas ingeniosas, aunque en detrimento de ello se dispone de un guion que, en diversas ocasiones, abusa de un ametrallamiento de diálogos imparable, como la escena en el vestuario del teatro, que nada aporta. También tenemos ese aire vanguardista, con las escenas en que se pone en marcha la máquina de ondas, con un dejo de futurismo retro que, a ojos de hoy, se hace embelesador. El máximo problema, tal vez, sea la dirección de Tim Whelan, que no logra encontrar el tempo adecuado para desarrollar el film en su conjunto, y lo puebla de altibajos que no logran transmitir el entusiasmo y vitalidad que, en teoría, detentan estas curiosas Ondas misteriosas.
Anécdotas
- Título de rodaje: Foreign Sabotage.
- Título en Argentina: Nubes sobre Europa.
- Título en EEUU: Clouds Over Europe.
- El segundo ayudante de dirección fue Jack Clayton.
- La acción de la película tiene lugar en tres días, entre el 20 y el 22 de septiembre de 1938.
- Estrenada en el Reino Unido el 21 de febrero de 1939, en Londres. En España se estrenó el 20 de enero de 1943, en Barcelona, y el 29 de marzo en Madrid.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Tal como se comenta en la entrada sobre la película en la Wikipedia en inglés, y citado originalmente en Edwards, Richard: «Alexander Korda’s Real Life Spy Enigma». richardedwards.info, 11 de agosto de 2012. Revisado a la hora de escribir esta reseña: 11/07/2020.
[2] Por supuesto, nos referimos a la novia del doctor, no a la de la criatura, que no tiene nombre, pese al error generalizado.